Somos de la época en que escuchábamos a nuestros padres decir: “Déjelo en el suelo para que coja anticuerpos”; en la que los resbaladeros eran físico metal, con el peligro adicional de quemaduras de lo caliente que se ponían bajo el Sol de esta ciudad y cuando lo máximo que podía pasar era una cortadura, unos cuantos puntos acompañados de una antitetánica; la misma época en que se jugaba al congelado, ese juego con el que corrías y luego tocabas a un amigo para que quedara quieto; la de hacer bulto, piedra papel o tijera o un simple calvetazo a un amigo; pero si aparecía un niño que no conocías mientras jugabas al final te despedías con apretón de manos.
Saludar a tus amigos de mano, abrazo o beso en la mejilla, será difícil para una cultura que prioriza su contacto como medio de expresión; hasta el simple hecho de recibir y dar cosas es ya inconcebible. Un impacto muy duro ha causado esta pandemia, será un proceso y un claro ejemplo de evolución social que vamos a tener.
Si miramos lo sucedido a los pueblos del oriente del mundo podemos tener la certeza que sus tradiciones y cultura hacen que tengan poco contacto físico, tal vez les sea más sencillo asumir el distanciamiento social. Para nosotros, pueblos cálidos y de puertas abiertas, será más complicado. Son miles de preguntas si terminaremos siendo distantes en el trato con el otro, con esos mismos hábitos de los orientales, o solo será por el momento de crisis en el que estamos.
Por ahora sabemos que estos juegos en donde interactúaban los niños a diario estarán vacíos; ya no se oyen sus risas y ahora se les impone el aislamiento: crecerán nuestros niños poniendo una pared invisible entre él y sus semejantes?
Dicen los expertos que Cuando de forma consciente y deliberada decidimos comenzar a incorporar nuevos y mejores hábitos nuestra autoimagen abandona los viejos hábitos y transforma la personalidad. Esperemos que esto no impacte nuestra esencia, lo que nos caracteriza como Barranqueños, Santandereanos, Colombianos o latinos, de seguro que la distancia no se puede imponer en los corazones.
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