Casi inadvertida hasta para el implacable tiempo, en pleno corazón de la ciudad y con mucha historia, la barbería “ Libertad” es un referente de patrimonio cultural vivo. Más de 50 años cumple el barbero actual, quien heredo de su padre el oficio y los hermosos artefactos antiguos con los cuales ejercerlo “aunque algunos ya no se utilizan, porque me pasé a la máquina” dice el barbero mostrando una cuchilla de barbería que de vez en cuando utiliza con los clientes más tradicionales. Su papá abrió las puertas del negocio en 1948 que ya hace parte de la de la historia del sector comercial del Distrito. Era un lugar a donde llegaban no solo los trabajadores y pensionados de la industria petrolera, sino también habitantes de toda la ribera del Río Magdalena, quienes incluían dentro de las diligencias o compras, un paso por la Barbería para mejorar su apariencia y una buena conversa. Era un lugar donde se daban debates abiertos, para expresar la preocupación sobre temas públicos o económicos o simplemente ponerse al día con temas de actualidad. “Fueron épocas maravillosas, que pude ver cuando era niño” dice el heredero de esta tradición, mientras pasa revista a sus herramientas de trabajo tres sillas cómodas que él mismo ha reparado una y otra vez, las cuales compró de saldo su padre, de los inventarios de Ecopetrol. “Ya estos de salida” dice, al mencionar las modernas barberías que más allá de los cortes convencionales el esculpido de cabello y barba , parecen una obra de un artista muy hábil. En una vieja radio suena música festiva, recuerdo de épocas en los que la barbería era un lugar de referencia para la ciudad. Ahora solo es un cúmulo de recuerdos. Cada día llegan menos clientes, de los de uso tradicional, y el tiempo pasa entre lecturas de periódico y silencios. Se podría decir que cada mañana abrir la barbería es un acto reflejo más que cumplir con una labor, es la costumbre de compartir con los pocos aún encuentran sentido en el ritual de encontrarse, de reanudar las viejas conversaciones para arreglar la ciudad, que cada vez les es más ajena, más impersonal y lejana. Se aferran a la vida, se aferran al pasado y se convierten de esa manera, barbero y clientes, en el legado de un tiempo pasado que se resiste al tiempo. #memoriacultural #Barbero #BarrancabermejaDistritoEspecial
Jaime Arnache
Fotógrafo Documental
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